La cirugía es la mejor opción cuando los síntomas llevan más de seis meses sin responder al tratamiento.
El STC puede considerarse una enfermedad profesional: su incidencia está aumentando por el tipo de trabajos que se realizan en la actualidad, como los que exigen una producción con ritmo elevado y pocas pausas. También parece estar contribuyendo al incremento del número de casos la proliferación de ordenadores y teclados poco o nada ergo nómicos, delante de los que por trabajo o por ocio pasamos muchas horas. No obstante, la relación entre ordenadores y el STC no es tan clara como parece: un estudio de la Clínica Mayo de 2001 no encontró una relación evidente entre el uso de computadoras y el riesgo de desarrollar un STC.
¿Por qué se produce el STC?
Son muchas las circunstancias que pueden favorecer su aparición:
- Los movimientos repetitivos. El STC es muy habitual en determinadas profesiones, sobre todo si se manipulan cargas o se han de adoptar posturas forzadas y hacer fuerza. Es el caso de personas que usan teclados, computadoras, carpinteros, cajeros de supermercados, empaquetadores, en trabajos de montaje y ensamblaje, etc.
- El uso continuo de herramientas manuales de vibración.
- Algunas enfermedades de los huesos o de las articulaciones, como la artritis, la artritis reumatoidea o la osteoartritis, al producir estrechamiento del canal comprimen el nervio.
- Las lesiones de la muñeca, como fracturas, esguinces o torceduras, tienen el mismo efecto.
- Los cambios hormonales, como los desequilibrios tiroideos (hipotiroidismo), la menopausia, las últimas semanas del embarazo y la diabetes tipo II, pueden propiciar la aparición del STC.
- Parece que hay una predisposición congénita, en algunas personas el túnel carpiano es más estrecho que en otras.
- Las mujeres tienen tres veces más de probabilidades que los hombres de padecer STC, quizás porque tienen el túnel más pequeño.
¿Cómo se diagnostica el STC ?
El diagnóstico precoz es importante para detener el progreso del STC y evitar lesiones irreversibles del nervio mediano. Por ello es fundamental acudir al médico si hay presencia de alguno de los síntomas referidos.
Además, hay ejercicios que ayudan a diagnosticar el STC al médico que explora al paciente: hay que doblar hacia abajo la muñeca y flexionarla a tope con el brazo estirado durante un minuto. En esta posición pueden reaparecer los síntomas: al percutir en el centro de la muñeca, en su cara palmar, se provocan calambres en los dedos, una sensación similar a una descarga eléctrica.
Pero el diagnóstico de confirmación se hace mediante una prueba electrofisiológica. Se trata del estudio de conducción del nervio y se realiza mediante la colocación de electrodos en mano y dedos, que registran la velocidad de conducción eléctrica del nervio. Sirve, asimismo, para determinar el grado de afectación, la severidad de la compresión del nervio y para averiguar si están afectadas las fibras sensitivas y/o motoras.
¿Qué se puede hacer para prevenir su aparición?
En el ámbito laboral, para quienes se exponen a los factores que anteriormente citados, es aconsejable utilizar muñequeras, realizar pausas, hacer ejercicios de estiramientos con las manos y dedos, rotar en distintas actividades, y si fuese posible, rediseñar las herramientas y la forma de trabajar con programas especializados en ergonomía que eviten los factores de riesgo.
¿Qué síntomas produce el STC ?
El nervio mediano, como todos los nervios, consta de una envoltura de mielina. Debajo de ella pasan las fibras sensitivas y por el centro las fibras motoras. Por ello, en las primeras etapas, cuando se comprime la parte más superficial del nervio, aparecen síntomas sensitivos, y si la compresión persiste y se hace más intensa se ven afectadas las fibras motoras y aparecen trastornos de la movilidad. El nervio mediano inerva el dedo pulgar, el índice, el tercer dedo y mitad del anular, por lo que los síntomas se limitan a estos dedos.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra en cuanto a su intensidad y forma de aparición pero casi siempre se presentan los siguientes:
- Sensación de hormigueo en estos dedos, especialmente en el pulgar y el índice.
- Sensación de adormecimiento, de acorchamiento de la zona y de hinchazón
- Dificultad para agarrar objetos con una o ambas manos y para hacer garra con la mano o cerrar el puño
- Sensación de pérdida de fuerza en la mano, de debilidad en los dedos
- Dolores en la muñeca, palma de la mano y a veces por el antebrazo. El dolor se hace más intenso cuando se agarran objetos, se dobla la muñeca, y a veces se incrementa por la noche, pudiendo llegar a despertar al afectado, que siente necesidad de sacudir la mano.
Los síntomas suelen aparecer gradualmente. Se comienza con alteraciones de la sensibilidad. Aparecen después los calambres y más tarde la debilidad y pérdida de fuerza. A medida que la afección progresa y si no se pone remedio, los músculos de la eminencia tenar, los de la base del pulgar, pueden llegar a atrofiarse. El síndrome del túnel carpiano puede presentarse en una mano o en las dos. Es importante detectar a tiempo estos síntomas para poder darle un tratamiento adecuado en la fase inicial.